domingo, 28 de abril de 2013

De cuando me convertí en otra persona

Hace tiempo, no sé exactamente en qué momento de mi vida, que dejé de conocerme a mí mismo. Paralelamente lo hicieron las personas que lo significaban todo para mí. En realidad siento como si mi "yo" no fuera más que una división dual y el tiempo se hubiera encargado de hundir bajo su peso aquella otra parte. A veces siento una especie de angustia en el pecho, como si golpeara insistentemente para decir "No me he ido. Nunca lo hice. Solo estaba perdido". Y entonces me siento terriblemente mal porque, aunque intuyo lo que trata de decirme, no consigo traducirlo en palabras.

Realmente me asusta el paso del tiempo. ¿Habrá acabado ya incluso con el amor que mis padres, mi hermana y yo, o mis primos del pueblo -con quienes pasé los mejores veranos que uno pueda imaginar- y yo, mis tíos, abuelos,... y yo, nos teníamos? A todos ellos, no importa si viven conmigo o no, los echo de menos, y a otras tantas personas a las que un caluroso día de finales de agosto dejaría de ver.

Tengo demasiado sueño y estoy demasiado desganado para ir mañana a clases, pero es lo que toca. Ya va quedando menos para acabar.