viernes, 29 de abril de 2011

Mirar hacia otro lado

Hace poco leía una noticia en el diario 20 minutos que me dejó muy indignado, no solo por la noticia en sí, sino porque sé perfectamente lo que se siente siendo el protagonista de la misma.
Un hombre de 30 años estaba humillando y amenazando de muerte en medio de la calle a una chica de unos 18 años, completamente aterrorizada, que no era capaz siquiera de mirar a la cara a su agresor. Le gritaba cosas como "Te voy a acuchillar a ti y al que se me ponga por delante, hija de la gran puta" y "...Te voy a matar a ti y a tu hermano,...". La chica, naturalmente, estaba llorando a mares, allí en medio de una calle llena de curiosos que, en lugar de hacer algo, contemplaban la escena indiferentes. Todo esto era presenciado por un chico mientras iba a recoger a un amigo suyo, e intervino para pararle los pies al agresor, pues ya incluso había abofeteado a la chica. Tras la llegada de la policía y comenzar ésta una discusión con el individuo, una señora señaló al chico que había intervenido en la pelea, gritando "Ese!, ¡Ese es el muchacho que le ha plantado cara!", y todos los presentes empezaron a aplaudirle. A él, según dice, le entraron ganas de gritarles que eran unos cobardes y que debería darles vergüenza.
La verdad es que no entiendo a la gente. Quizás ese sea el motivo por el que muy pocas personas me caen realmente bien. La gente en verdad es egoísta (me incluyo también), y claro, mientras su culo esté a salvo, a los demás que les parta un rayo. Está claro que cada uno busca sus intereses personales, pero ¿tan poco cuesta pensar también un poco en los demás? A lo mejor a esta chica habría hecho falta que la estuvieran matando para que alguien interviniera, y una vez muerta todo el mundo diría lo buena persona que era, estudiosa, que no se metía con nadie y todos esos halagos que solemos decir de los demás cuando se van, pero que mientras tanto nos llevamos a la tumba. Pero sobre todo, lo que no soporto, son los espectáculos que se montan cuando están agrediendo o insultando a alguien y todo el mundo se queda allí mirando entre risas e incluso animando la situación. Cobardes. Yo reconozco que cuando paso al lado de alguna pelea me voy sin intervenir ni nada, porque sé que yo no podría hacer nada contra un grupo de chulos y prefiero no meterme en problemas, aunque en el fondo siento una profunda pena por la persona que está sufriendo esa situación y unas ganas terribles de matar a todos los allí presentes. De hecho no dudaría en hacer algo si estuviera en mi mano. Además, ya que no intervengo, tampoco me mofo, porque me parece muy humillante, y en la vida todo se paga.
Cuando dejemos de creer que somos mejores que el de al lado, cuando aprendamos a ayudar sin pedir nada a cambio, sino de corazón, y ganemos algo de educación, tal vez éste será otro mundo.

viernes, 15 de abril de 2011

Relaaax!!



¡Sí, por fin! Hoy ya empiezan nuestras "minivacaciones", hoy ya nos hemos quitado el examen de filosofía de encima (que, por cierto, me ha salido mejor de lo que esperaba) y estoy muy relajado y de buen humor. Es verdad que nos han mandado tantas cosas para hacer y tenemos a la vuelta tantos exámenes que no sé si esto merece llamarse vacaciones. Tengo muy claro que, al menos durante este fin de semana, no pienso tocar un libro y voy a dormir y salir todo lo que pueda, pero tampoco debo fiarme ni dejar que la flojera me gane, porque si no todo el esfuerzo de casi un año se puede venir abajo en tan solo dos semanas.
Hoy realmente no sé qué hare. Probablemente descansar y, si se da la oportunidad, salir un rato, que hace un día espléndido. También podré hablar con algunas personas que pensarán que me he olvidado de ellas, pero a las que en realidad no me he quitado de la cabeza en ningún momento. Hay que tener paciencia. Todo lo malo pasa, y como dice el refrán, "no hay mal que cien años dure". En cuanto pase todo esto, en cuanto acabe la selectividad y esté (si apruebo todo con la nota necesaria) en la playita tomándome una coca-cola mientras escucho el sonido de las gaviotas y del mar, estaré pensando "¿Y esto era todo?".
Es extraño, pero hoy no tengo sueño, a pesar de que debería estar que me caigo por haber madrugado anteayer tanto para Madrid y por apenas haber parado desde entonces, pero me siento muy enérgico. Debe de ser que hoy me está saliendo todo mejor de lo que esperaba.
Os parecerá (si a alguien le interesan todos estos rollos que suelto) que cambio constantemente de temas, que al principio comencé escribiendo entradas cortas sobre música, sin mucha inspiración, y que ahora esto empieza a parecer un diario. En realidad no sé cómo acabará este blog. Quizá dentro de un par de semanas ya ni me acuerde de él y lo abandone; quizá siga escribiendo sobre mí y sobre temas diversos, pero ¿qué importa? Ya lo decidiré.
El verano está ya muy cerca. Si me conceden la beca que solicité para irme a un país anglosajón dos semanas será uno de los mejores veranos de mi vida.
Espero volver a escribir pronto. ¡Hasta la próxima!

jueves, 14 de abril de 2011

Viaje a Madrid

 
Hoy estoy realmente cansado. Resulta que ayer estuvimos en Madrid de visita escolar, donde visitamos los museos del Prado y Thyssen y la Fundación Caja Madrid. Tuve que despertarme a las 5:30 para estar en la estación de Santa Justa a las 6:15, y tras dos horas y media de viaje en el AVE empezamos a ver cuadros sin apenas ningún descanso, con un calor que hacía impresionante y un cansancio encima que nos hacía andar haciendo zigzag, como si estuviéramos borrachos. Todavía me acuerdo de los 65 € que nos ha costado la visita y me enfado un poco, porque pagar eso para andar y andar casi sin parar...
También estuve muy preocupado durante casi todo el día por un examen de filosofía que tengo mañana. No lo llevo tan mal, pero podría llevarlo mejor si mi impresora no me hubiera dejado de imprimir sin ningún motivo hace unos días y me estropera los planes que tenía organizados para prepararme bien el examen. En fin, que esta tarde tendré que ponerme en serio y que sea lo que Dios (si existe) quiera.
Aún así, mirándolo por el lado bueno, no estuvo tan mal. Cuando estábamos en el museo Thyssen nos encontramos allí con la baronesa Thyssen, y tras salir de nuestro asombro nos acercamos a ella y le pedimos educadamente que se hiciera una foto con nosotros, a lo cual accedió con una amabilidad y simpatía que no conocía de ella (aunque solo la conocía por televisión). También me sirvió este viaje para estrechar lazos con algunas personas a las que yo creía ya muy alejadas de mí y con las que pensaba que no podría llevarme bien porque eran muy diferentes a mí. Desde hace un tiempo he aprendido que la clave en llevarse bien con todo (o la mayoría) del mundo está en uno mismo: es más fácil cambiar uno mismo que cambiar a los demás, y desde que acepté eso las cosas me han ido bastante mejor. A estas alturas no quiero tener malos rollos con nadie ni marcharme de este instituto con mal sabor de boca.
En fin, que estoy ya muy harto de todo, de seguir la misma rutina todos los días sin tener apenas tiempo para mí y la gente que me importa, de aguantar a las mismas personas día a día... ¡Necesito un respiro! Por suerte ya solo me queda la clase de mañana antes de Semana Santa, que aunque reconozco que no me gusta me servirá para descansar un poco. Después, a la vuelta, estaremos todos mucho más agobiados que ahora, con los nervios a flor de piel, estudiando como nunca para poder aprobar la selectividad. Está ya tan cerca que me despera, porque quiero estudiar Traducción e Interpretación, que es lo que siempre me ha gustado y para lo que creo que he nacido, pero la nota de corte en Sevilla (para inglés) ronda el 10 (sobre 14). Suponiendo que no me llegue la nota podría plantearme entrar en francés o irme a Córdoba, donde la nota está más baja. No me importaría, desde luego, aunque sea difícil estar lejos de tu familia, amigos y del mundo que has visto durante 17 años.
Bueno, pues la entrada de hoy la iba a escribir en principio sobre Mika, pero necesitaba expresar todo esto para desestresarme un poco. Supongo que mañana la haré sobre él.
Espero que os esté yendo todo bien. ¡Nos vemos pronto!